Hoy hemos estado en el parque natural del Monasterio de Piedra. Es un lugar sencillamente increíble donde la única protagonista es la madre naturaleza. Lejos del frenético ritmo de la ciudad, este rincón es perfecto para desconectar y relajarse. Aquí el ruido de los coches es el rumor de tumultuosas aguas y cascadas, y el pavimento gris es suave hierba de un verde intenso.
Hemos dado un largo paseo por el parque, exploramos sus bellos parajes naturales, respiramos el aire puro y simplemente disfrutamos del contacto con la naturaleza.
Después de recorrer los rincones del parque, hemos comido en el restaurante del recinto. Muy bueno, por cierto.
A la vuelta a casa pasamos por Calatayud. Me ha llamado la atención el paseo principal con unos árboles muy originales (todos están unidos por las ramas formando una línea contínua).
Puedo decir que hoy ha sido uno de esos días que te recarga las pilas y te renueva. Una escapada que recomiendaría a todos. Mirad en este espejo natural. ¡Qué bonito!